Desde el 20 de julio, como alcaldesa del Ayuntamiento de Almassora, ha sido elegida con el apoyo unánime de todos los Consistorios, sindicatos y empresas que forman parte del Pacto Cerámico, vicepresidenta del organismo público, ¿cómo afronta este cargo?

Por supuesto, con muchas ganas, ilusión y el propósito claro de trabajar siempre en defensa de esta alianza municipalista para poner en valor uno de los principales pilares económicos de nuestra comarca, como es el cerámico. Además, resulta crucial la implicación de todo el sector, desde empresas a sindicatos, para trazar acciones conjuntas que permitan al clúster cerámico fortalecerse y hacer frente a los vaivenes, como la grave crisis que genera el alza del precio de la energía y que pone en jaque a esta potente industria.

¿Cuáles son las ideas y objetivos que le gustaría aportar como vicepresidenta a la labor que realiza el Pacto Cerámico en los territorios consorciados?

Sin duda, el Ayuntamiento de Almassora ofrece total colaboración para llevar a cabo todas las medidas necesarias destinadas a mantener la fortaleza de un sector, que es clave en la economía de la localidad, donde hay numerosas empresas cerámicas asentadas. No debemos olvidar que  representa el 23% del total del PIB de Castellón. Nos comprometemos a respaldar siempre, sin fisuras, todas las reclamaciones y hacer de interlocutores ante otras administraciones. En estos momentos, el azulejo necesita urgentemente ayudas para hacer frente al incremento de los precios de la energía para poder seguir siendo competitivo internacionalmente y un motor generador de empleo. Nos preocupa que un elevado porcentaje de los 17.000 trabajadores de la industria cerámica estén ahora afectados por ERTEs. Dos de cada diez empleos en la provincia son de este sector.

¿Por qué es importante la labor de desempeña este Consorcio en los ocho municipios que forman parte de él?

Sin duda, la labor del Pacto Cerámico es clave para fomentar y mejorar la empleabilidad en el sector. Es necesario seguir creando nuevas oportunidades de inserción laboral y ahí resulta crucial la oferta de programas de formación y asesoramiento integral. Debemos detectar las necesidades de las empresas para adaptar los perfiles profesionales a las exigencias del mercado. No debe haber una barrera entre la oferta formativa y la empresa. Deben ser vasos comunicantes y crear sinergias. Por eso, es importante ofrecer acciones, cursos, talleres y herramientas para mejorar las competencias en cuanto a la empleabilidad.

¿Qué aporta a la ciudadanía de Almassora que el pueblo forme parte de él? 

El peso que la industria cerámica tiene en Almassora es indiscutible. Queremos seguir siendo tierra de oportunidades, atrayendo talento e inversiones. Para ello, tenemos zonas industriales potentes y una ubicación estratégica con grandes conexiones. Nuestro propósito es seguir potenciando el sector, tanto facilitando la implantación de nuevas empresas, como apoyar a las existentes y optar por cursos formativos, como los que se impulsan desde el Pacto Cerámico, para mejorar los perfiles profesionales cara a generar empleo en una industria tan relevante como la azulejera.